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Presentación Lírica Provenzal: La canción

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CAPITULO 5: SERVICIO MILITAR

CAPÍTULO 5: SERVICIO MILITAR La vida continuaba y después de aqul año que había sido muy malo para todos, había que seguir trabajando. Migue era joven y además de trabajar le gustaba disfrutar de la vida. Como ya he contado, era un joven deportista, le gustaba el futbol, la natación y también la vela y salir a navegar. Entre sus amigos y él crearon un equipo de waterpolo que se conoció como el equipo del Embarcadero que era donde jugaban. Durante el verano, muchas tardes al salir de trabajar iba a entrenar y a darse un baño en la bahía. Como no había coches en esa época y le gustaba siempre ir acompañado, algunos de sus amigos le pasaban a recoger por el trabajo a la hora de cerrar. A su madre Manuela le gustaba que pasasen por allí y hablar un rato con ellos. Le entretenía que le contase cómo les iba. Además solía conocer a sus familias y aprovechaba para interesarse por ellas. En el embarcadero Migue pasaba muchas horas con sus amigos, con los que además de jugar hablaba

CAPITULO 4 JUVENTUD

CAPÍTULO 4: JUVENTUD Tras acabar sus estudios en Burdeos, Migue regresó por fin a Santander. A pesar de tener sólo 14 años en esa época, ya se le consideraba prácticamente un adulto que debía aprender una profesión y ganarse la vida. Además, era bastante alto para su edad y el haber estado sin su familia en un país extranjero le había hecho pensar y darse cuenta de que si quería triunfar en la vida tenía que trabajar duro.  Se incorporó de nuevo al trabajo en la tienda de sus padres, lo cual le resultó bastante sencillo, le pareció que nunca se hubiera ido de allí. Pero fue adquiriendo nuevas responsabilidades, como tener que ser quien abriese la tienda por las mañanas a primera hora o tenerse que quedar hasta tarde para recoger y dejar limpia la tienda para el día siguiente. También de vez en cuando le tocaba ir con su padre de viaje para ir a visitar a los proveedores y conseguir buen material y buenos precios. Por lo menos dos veces al año tenían que ir a Tarragona.

CAPITULO 3 INFANCIA

CAPÍTULO 3: INFANCIA La infancia de Miguel no fue muy sencilla, aunque en esa época ninguna lo era. Los niños de la época, no se consideraba que tuviesen los mismos derechos que tenemos actualmente, y lo normal es que empezasen a trabajar para ayudar a sus familias antes de que tuviesen diez años. Así que Migue, como le llamaba todo el mundo, tuvo que trabajar desde pequeño. A diferencia de otros niños que trabajaban de limpiabotas o en la lonja del pescado, él tenía una situación más cómoda porque despachar en la tienda, descargar la mercancía, ordenar las estanterías, y tratar con los clientes cuando le dejaban, era un trabajo privilegiado en esos años. Él y sus dos hermanos pasaban el tiempo entre el colegio y la tienda de sus padres. El aprender a tratar con los clientes fue para ellos su primera lección y sabían que para poder vivir y salir adelante tenían que vender cuanto más género mejor. La profesión de comerciante era innata en él desde sus primeros años de vida. E

CAPITULO 2 NACIMIENTO

CAPÍTULO 2: NACIMIENTO      La historia de Miguel comenzó hace sesenta y siete años, cuando nació. Sus padres, Edmundo González Gonzalez (Mundi) y Manuela Ruiz Abascal, vivían felices en un pequeño piso en Santander, gracias a una tienda de ropa que habían conseguido sacar adelante con el dinero que consiguieron al vender una moneda de oro que habían recibido como regalo de boda.      Dos años antes, Mundi, a sus treinta años, decidió que era la hora de dar el gran paso. Había conocido a Manuela hacía ya siete años y llevaban siendo novios por lo menos cinco. No era un hombre impulsivo y había pensado mucho Así que llevó a Manuela de excursión a la montaña de los Machucos. Era un día totalmente despejado, de esos que no hay muchos por la zona. Desde lo alto en donde se encontraban se podía ver perfectamente la bahía de Santander y se divisaba la pequeña ciudad de Santander al fondo. Pensó que era un día perfecto, era una buena señal así que no lo dudó más y se lanzó. Sacó una

Capitulo 1

Otoño de 1966, un año como cualquier otro en la ciudad de Santander. Por aquellos entonces Mar de Castilla. Santander, junto con las provincias de Burgos, Logroño, Soria, Segovia, Valladolid y Palencia formaban la región de Castilla la Vieja. No fue hasta 1982 cuando Santander se convirtió en la capital de la región uniprovincial de Cantabria. En aquel tiempo no había democracia en España, sino que había una dictadura con Francisco Franco al frente. La ciudad tenía un bonito puerto ideal para deportes náuticos como la vela o incluso la natación. Miguel era un deportista nato y todo el mundo lo conocía por su gran afición a la vela. Así que allí estaba Miguel González Ruiz, un hombre alto y delgado, aunque un poco encorvado que tenía el pelo corto y rizoso. Entre sus canas se podía detectar el color moreno que antaño lucía.   En su tez blanca y un poco arrugada se notaba confianza y a la vez nerviosismo. Sus ojos pequeños y de color azul brillante miraban inquietos a su público. S